Hace un par de días terminé la tercera novela de esta escritora sueca a la que promocionaban diciendo que Stieg Larsson se había pasado una noche entera agarrado a su libro sin poder soltarlo.
Creo que ya lo sabéis, me apasiona la novela negra y me encanta descubrir nuevos autores así que en cuanto salió Aurora boreal me lancé sobre ella para conocer a tan prometedora autora.
Creo que no soy la primera que dice que se llevó una desilusión, mi padre directamente no lo intentó con la segunda novela y yo que hasta ahora no me he saltado nada pensaba mientras leía este tercer libro, “si el primero no me emocionó y del segundo casi no soy capaz de acordarme, ¿por qué vuelvo a probar?”. En fin, así soy yo, una ingenua cabezota porque esta tercera entrega de las aventuras de Rebecka Martinsson y la inspectora Anna-Maria Mella ha sido más de lo mismo. Personajes grises y tristes, tramas con poca fuerza, finales decepcionantes y esta vez, demasiados rodeos.
El cadáver de una importante ejecutiva aparece en una pequeña cabaña de pescadores. En teoría nadie de su entorno sabía que estaba allí y tampoco pueden aportar ninguna pista sobre su vida fuera de la empresa en la que trabajaba. Anna-Maria se ve envuelta en una trama en la que necesitará el asesoramiento de alguien que sepa de leyes y ¿quién mejor que Rebecka Martinsson? Ella ahora vive en Kiruna y se está recuperando de una tremenda depresión que venía arrastrando desde las dos novelas anteriores. Entre las dos tratarán de saber cómo funciona la empresa minera Kallis Mining, para la que la victima trabajaba y qué puede haber detrás de esta muerte.
Supongo que el misterio podría parecer atractivo pero bajo mi punto de vista está tan mal llevado que al final, cuando nos enteramos de quién es el malo y de porqué han asesinado a la joven solo podemos decir “¿y esto es todo?”.

Asa Larson no es la primera escritora nórdica con la que me encuentro y menos teniendo en cuenta que la novela negra que viene del frío está muy de moda. No señor, ya hace años que mis padres me presentaron al inspector Kurt Wallander o que conocí a quien, dicen, inspiró a Henning Mankell para crearlo, el inspector Martin Beck. Sigo a Camilla Lackberg y me entretengo muchísimo con sus novelas y pico de aquí y de allá todo lo que va saliendo para conocer más. Con mi modesta experiencia con este tipo de autores, reconozco que el carácter de los personajes es siempre más serio y más gris que los que salen de la pluma de escritores españoles o italianos, por ejemplo, que sus crímenes son rebuscados y oscuros y que los ambientes son lluvioso y fríos pero, ¿por qué los personajes de esta mujer son tan tremendamente depresivos?, ¿por qué siempre aparecen relaciones familiares tan sucias y extrañas?, ¿no hay en Suecia ni una familia medianamente normal? Es todo tan, tan negro que acaba perdiendo credibilidad y nunca llegamos a encariñarnos con ningún personaje.
En este caso, además, vamos hacia delante y hacia atrás en el tiempo pero como a la historia le falta gancho lo único que se consigue es que el libro se nos haga muuuuuuuy largo.
En fin, por si había dudas, que no me ha gustado, que se me ha hecho eterno y que yo, personalmente, no lo recomiendo.
Pero eso sí, he descubierto el motivo por el que siempre vuelvo a probar. Esta mujer deja los finales medio abiertos y no conseguimos saber exactamente como queda la cosa. Total, que como una es curiosa y quiere saber qué pasó de verdad pues cuando llega la nueva novela cae.
Me ha parecido entender que la serie constará de seis libros, ya llevamos la mitad así que, es posible que yo siga intentando saber qué es de la vida de estos personajes que cada vez me caen peor pero es algo que haré yo porque estoy loca y porque entre libro y libro suele pasar un año más o menos y me da tiempo de olvidarme de que me aburrí bastante.
No sé si he sido un poco dura en esta reseña. Sé que escribir un libro es difícil y requiere esfuerzo y no quiero quitarle valor al trabajo de esta autora pero a mí me parece que le falta garra y coherencia y además, me da pena que algo se ponga de moda y nos quieran vender a cualquiera como un gran escritor. Lo siento, hay grandes escritores suecos pero es imposible que tooooodos los que han surgido estos años lo sean.