Leí en un blog de novela negra que, para los lectores que
echábamos de menos al inspector Kurt Wallander (de Henning Mankell), eran muy
adecuadas las novelas de otro escritor que viene del norte, esta vez de Islandia
y que protagonizan otro policía gris y triste.
Como yo sí echo de
menos al querido Kurt Wallander y releer sus libros no tiene el mismo encanto
me animé a conocer a Erlendur Sveinsson, a sus compañeros, Sigurður Óli y Elínborg
y un poquito de la ciudad de Reikiavik y sus alrededores.
En Las marismas, nos encontramos con el cadáver
de un anciano en el sótano de un edificio y junto a él la fotografía de la
tumba de una niña, enterrada hace muchos, muchos años y una extraña nota en la
que se lee “yo soy él”. Para Erlendur, en un primer momento, nada tienen
sentido pero, poco a poco, irá desenredando la madeja y descubriendo que el
anciano guarda un oscuro pasado y que eso ha llevado a algunas personas a un
triste presente.
Debo decir que, para
los nostálgicos como yo, ningún otro policía nórdico al que hayamos conocido
después, ocupará el sitio de Wallander pero que Arnaldur Indridason ha conseguido,
con sus historias, cautivarme por completo.
Sabéis que la novela
policiaca me encanta y que soy tremendamente fiel a varios inspectores y
detectives de distintos lugares del mundo. Los nórdicos tienen de
característicos que todos mantienen una atmosfera gris y triste, relaciones
familiares complicadas y crímenes de lo más rebuscados, pero algunos, como el
policía al que he conocido esta vez, tienen además un rasgo que es el que yo
creo que los hace creíbles, humanidad, mucha humanidad. Esto los hace a la vez
especiales y le da a sus novelas un toque diferente, más serio, más real.
Y es que para Erlendur
cada víctima es importante, cada historia debe ser respetada y todas las
personas se merecen comprensión y respeto hasta que se demuestre lo contrario.
Por eso y porque los crímenes
no caen en lo fácil y lo morboso, es por lo que me ha gustado este libro. La
historia mantiene la intriga y el suspense y nos va sorprendiendo poco a poco.
Además, el ambiente,
siempre húmedo de Reikiavik, me ha parecido llamativo y creo que es un caldo de
cultivo perfecto para los casos a los que se enfrenta este grupo de policías.
Después de este he
leído otros libros de Arnaldur Issildur y todos me han gustado así que os
hablaré de ellos J.
Un abrazo a todo y nos
leemos.