No sé a vosotros pero a mí me encanta
recibir paquetes, ¿no hace muchísima ilusión? A mí sí, y si
encima dentro tienen libros, ¡aún más!
Desde que Matilda Libros empezó a
funcionar tengo la gran suerte de que, de vez en cuando, llegan
paquetes de esos a casa es una de tantas cosas que le tengo que
agradecer a mi muñequita cabezona (porque aún no la conocéis pero
sí, es cabezona), el haberme puesto en contacto con autores o
editoriales que me hacen el honor de compartir conmigo sus libros.
El que reseño hoy es uno de esos
libros que llegó por correo y que además me hizo muchísima ilusión
porque lo estaba esperando como agua de mayo. Tardé un poco en poder
empezarlo porque cuando llegó tenía otros entre manos y no era plan
de abandonarlos pero, por suerte, leo rápido así que, disfruté de
esos libros y enseguida pude dedicarle toda mi atención a este.
Ya os hablé del primer libro de
Regina Román, Un féretro en el tocador de señoras.
Me gustó mucho y me lo pasé muy bien leyéndolo, de ahí que
tuviera muchas ganas de volver a leer algo de esta autora que siempre
consigue sacarme una sonrisa. De nuevo, no me ha decepcionado, al
contrario, creo que lo he disfrutado aún más. Supongo que, cuando
repites un autor, lo conoces un poquito más y eso te hace ver mejor
lo que escribe.

Cayetana
de Ojeda es una mujer feliz que, llegando a Madrid desde un pueblito
que casi no aparece en el mapa, ha conseguido todo lo que quería y
se había propuesto. Su divorcio millonario la ha dejado en una
situación más que cómoda, vive en un espectacular loft en uno de
los mejores barrios de la capital y si vida consiste en pasarla como
más le apetezca acompañada de fieles amigas como Lolichi o Marina.
Por si fuera poco, de la noche a la mañana, descubre que su padre no
es quien ella creía y que tiene una jugosa herencia esperándola del
hombre que, de verdad, le dio la vida.
Mi
primera impresión sobre este personaje fue mala, “¡pero que tipa
más petarda!” pensé. Una creída, egocéntrica, presumida,
superficial y sobre todo, ¡una mentirosa de tomo y lomo! ¿Cómo
podía estar disfrutando de un libro si su protagonista me parecía
tan nefasta? Me resultaba sorprendente no poder soltarlo y estar
continuamente sonriendo y a la vez pensando “¡vaya tela con
Antoñita la fantástica!”. Esta, para mí, es una de las mejores
cosas de la novela. Cayetana es insoportable pero fascinante y
cautivadora. Le tienes una manía tremenda pero, por otro lado, te
parece genial. Toda la lectura pasa en esa tesitura y en la eterna
duda, ¿cómo va a acabar bien el libro si esta mujer lo que se
merece es que la obliguen a trabajar en una granja llena de cerditos?
Pero
es que, desde el primer momento, en el fondo, a pesar de todo, el
lector intuye que hay algo más, la vida de Cayetana no solo es un
continuo ir y venir de situaciones divertidas y diálogos llenos de
chispa, es también la de una mujer que de tanto mentir se cree lo
que dice y que no quiere mirar de frente la triste soledad que la
rodea. Es insoportable y adorable a la vez y por mucho que lo
intentes (conste que yo lo hice, jeje) no puedes cerrar el libro sin
quererla.
Regina
Román dice que ella escribe Psicocomedia y desde luego, Del
cielo al suelo lo es. Además,
no se me ocurre una manera mejor de definir las historias que nos
cuenta. Entre situaciones chocantes y disparatadas y conversaciones
que a mí me parecen realmente geniales, siempre acabamos viendo un
trocito de nosotros mismos en sus páginas y meditando sobre
situaciones “de la vida misma” que antes o después se parecen a
la nuestra.
Por
ejemplo, esta vez, una de las cosas a las que más vueltas le he dado
es a la importancia de ser sincero con uno mismo y a la facilidad que
tenemos las personas para hacernos daño, a nosotros y a los demás,
pero sobre todo a nosotros. La vida sería mucho más sencilla si a
veces fuéramos un poco más valientes pero, ¡ay!, es que no siempre
nos sale bien eso, ¿no?
Leyendo
las locuras en las que se ve envuelta nuestra protagonista nos parece
sencillo arreglar su enooooooormes problemas, sobre todo porque
pensamos “¿y eso es un problema?” pero, ¿no somos todos un poco
como Cayetana de Ojeda? A veces, nuestra vida nos parece tan, tan
difícil que no vemos más allá.
En
fin, que a mí me ha gustado mucho. Es un libro que se lee con
facilidad ya que es muy ágil y rápido, con un lenguaje coloquial y
fresco y lleno de situaciones simpáticas, incluso los momentos más
dramáticos lo son con lo que, en ningún momento se hace pesado ni
largo.
Para
mí, lo mejor es como, sin darnos cuenta, la autora consigue que
nosotros, lectores que nos creemos a salvo en el sofá, acabemos
queriendo un final feliz para la protagonista y siguiendo sus
correrías por Madrid sin poder soltar el libro para ver qué le
pasa.
En mi
caso, dos de dos. Hasta ahora, siempre he disfrutado con las novelas
de Regina Román y, de hecho, tengo muchas ganas de leer
Cuarentañeras que, de
momento es el que me falta.
Ella
está ahora presentando y promocionando Del cielo al suelo,
os dejo aquí el calendario de presentaciones por si os queréis
acercar:
MARBELLA:
Viernes
14 octubre, 20:00 horas, Cortijo
Miraflores.
Sábado
22 octubre, 21:30 horas, Qi-Sport (LA Alzhambra, Pto. Banús).
Jueves
3 noviembre, 20:00 horas, FNAC Marbella.
SEVILLA:
Miércoles
26 octubre, 20:00 horas, FNAC Sevilla.
MÁLAGA:
Jueves
10 noviembre, 20:00 horas, FNAC Málaga.
Jueves
22 diciembre, 19:00 horas, Corte Inglés (ámbito cultural).
Pero,
¿a que no sabéis lo mejor? Regina me pidió que la acompañara y
presentara aquí en Sevilla, qué honor, ¿verdad? Así que, el día
26 de octubre, ¡yo también estaré en la Fnac, con ella y
conociendo más cosas sobre este libro que tanto me ha gustado!