jueves, 27 de septiembre de 2012

Westwood. Stella Gibbson.


    Ya os había dicho que tenía ganas de leer este libro, me gusta como escribe Stella Gibbson y sus historias siempre me resultan muy agradables y me hacen pasar buenos ratos.

    Tuve suerte (últimamente tengo mucha) y mi amigo librero, el mismo que me regaló por mi cumpleaños El libro de la señorita Buncle, llegó este verano a merendar una tarde con Westwood debajo del brazo.

    En agosto me despedí de vosotros por unos días porque pensaba que los blogs necesitaban un descanso y justo fue en ese momento, tranquila, sin atascos de lecturas y con un solo libro al retortero, cuando aproveché para sumergirme en esta historia tan típicamente inglesa.



    Margaret Streggles es una joven profesora muy aficionada a las ensoñaciones que ha conseguido un buen trabajo en Londres y se muda allí con sus padres. Romántica y con grandes aspiraciones culturales, no tiene muy claro si la idea de encontrar un buen hombre y casarse le atrae demasiado, algo que exaspera a su madre y hace que ella se sienta fea y rara.

    Una noche encuentra una cartilla de racionamiento perdida y cuando va a devolverla se encuentra con una sorpresa y con la posibilidad de dar a su vida un giro y frecuentar ambientes muy parecidos a los que ella ha soñado siempre.

    Si me preguntaran qué pasa en esta novela tendría que decir que pasar, pasar, no pasa mucho, la vida, para varias familias, durante la 2ª Guerra Mundial. Y de hecho, una vida bastante rutinaria, para cada uno a su manera, menos para Margaret que trata de encontrar su lugar en el mundo. Pero es que estamos ante una historia en la que no es necesario que pasen grandes cosas, Stella Gibsson es de esas escritoras que sabe cómo hacer que algo aparentemente sencillo y aburrido se llene de color y que el lector disfrute con el simple hecho de “escuchar” lo que ella quiere contarnos. Londres en otoño, las fiestas de los artistas, un paseo con niños pequeños o la vuelta a casa en metro, se llenan de matices y hacen que nos deslicemos por las palabras, pasando de una a otra y disfrutando de todas ellas.



    Esta ha sido una lectura tranquila y reposada, muy, muy agradable y para mí relativamente sorprendente. Me resulta llamativo que, los libros que se ambientan en tiempos de guerra suelen resultar brutales y tristes. No ocurre esto aquí, no sé si es la flema de los ingleses o que el ser humano se acostumbra a todo pero los bombardeos, las partidas a la guerra de hermanos y novios o los derrumbes de casa por culpa de las bombas aparecen en el libro como un elemento más, tan normal como tomar el té. La guerra está ahí pero nuestros protagonista no dejan que eso frene noi cambie sus vidas, ni siquiera el racionamiento parece afectarles, con lo que hay se come y si hay alguna celebración, algo se apañará.

    Por otro lado da la sensación de que los personajes no cuentan, realmente, con el cariño de la autora que se ríe de todos en una crítica elegante a la sociedad de ese momento. Los artistas aparecen como personajes egoístas y vacíos, sus mujeres son tremendamente frívolas, Margaret, nuestra protagonista, actúa como una niña tonta y deslumbrada en múltiples ocasiones cuando la causa de ese deslumbramiento no merece, en absoluto, el respeto y admiración que ella profesa. Es insegura y no se da cuenta de lo que vale, el hecho de no ser de esas a las que los chicos miran y sacan a pasear le hace sentir poco cosa y de ahí que le cueste, continuamente, darse el lugar que le corresponde.



    Por suerte, a lo largo del libro la veremos evolucionar y cambiar y desde luego, nosotros sí sentimos cariño por ella y deseamos que se dé cuenta de que la vida no se queda vacía sin un marido al que cuidar.

    Los personajes secundarios son los encargados de poner toques de humor y de representar los múltiples tipos que se podían ver en las calles de las grandes ciudades en aquella época dándole a la novela un aire coral que la hace, si cabe, más variada y ligera.

    Personalmente he disfrutado mucho leyendo Westwood y desde luego, la recomiendo y os animo, si aún no lo habéis hecho, a conocer a esta autora que supo reírse de su tiempo con todo y a pesar de todo y que se atrevió a romper cánones y a decir lo que pensaba sin cortarse ni un poquito.

31 comentarios:

  1. Qué reseña más entusiasta, tengo muchas ganas de leer a S. Gibbons pero no encuentro el momento por ahora. Me alegra que te haya gustado tanto. Un beso

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    1. Marilú, ahora que llega el otoño y los ratos de sofá y mantita podría ser un buen momento para animarte con esta autora. Ya ves que a mí me gusta mucho, me da la sensación de que tiene magia en la escritura que hace.

      Ya me dirás cuando te animes.

      Un besazo.

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  2. Lo tengo apuntado en mis pendientes, me alegro de que lo hayas disfrutado, cada vez me apetece más estrenarme con la autora. Un besote!!

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    1. Es una autora muy especial, Meg, a mí por lo menos me lo parece. Ya me dirás qué opinas tú cuando te animes.

      Un súper abrazo.

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  3. La tengo en la lista, me encanta el buen humor y la mirada crítica de Gibbons.

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    1. Justo yo tengo en pendientes el que reseñaste tú ayer, Mónica. Por cierto, que me tengo que sentar a leer tu blog con calma porque eso de los tés y los los libros me ha encantado.

      Es una escritora muy especial Stella Gibbson , ¿verdad?

      Un abrazo.

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  4. He leído un libro de esta autora, La hija de Robert Poste, y la verdad es que me gustó su estilo y su sentido del humor, así que repetiré en algún momento con ella, porque coincido contigo en que es una lectura que se disfruta. Un beso

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    1. Este no es tan disparatado, Pilar, pero aún así es estupendo. A mí, por lo menos, me ha gustado mucho.

      Un abrazo.

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  5. Sólo he leído dos reseñas de este libro, la de Carmen y la tuya, y ambas son positivas. A mi estas novelas en las que aparentemente no pasa mucho me encantan así que apuntado queda.
    Besos

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    1. Pues si te encantan, Lu, ¿has leído El ardor de la sangre? De Irene Nemirovsky? Es otra de esas joyitas y es una maravilla de libro, te lo recomiendo.

      Un abrazo muy grande.

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  6. Creo que lo voy a dejar pasar porque no me gustan nada las historias en las que no pasa nada o pasan pocas cosas. Muchos besos.

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    1. Como ya hemos dicho, Goizeder, hay millones de libros para leer como para perder tiempo en los que no nos llaman :)

      Un abrazote.

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    2. Por cierto, te imaginaba la voz más grave y seria, no sé por qué ;)

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  7. Una estupenda novel a mi entender. Me encanta esta autora, para mí desconocida hasta hace bien poco...
    Besos,

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    1. Yo la conocí el año pasado, Carmen, tampoco hace mucho, pero la verdad es que me parece una gran escritora, con mucho que decir y eso me gusta, le verdad. ¡Esperaremos a que publiquen otras novelas suyas! :)

      Un súper abrazo.

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  8. No he leído aún nada de esta autora, pero voy a tener que hacerle hueco pronto que entre Carmen y tú, me estáis dejando con unas ganas...
    Besotes!!!

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    1. Es estupenda para ratos tranquilos, Margari. ¡Anímate que te va a gustar!

      Un abrazo muy grande.

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  9. Tengo pendiente conocer a esta autora pero creo que empezaré con La hija de Robert Poste, que siempre me ha llamado mucho la atención
    Besos

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    1. Es más ligero La hija de Robert Poste, Laky y más disparatado, pero igualmente genial. Ya me dirás qué te parece.

      Un abrazo grande.

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  10. Lo tengo fichado desde hace un montón, a ver si me hago con él =)

    Besotes

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    1. Ya me contarás, Shorby, y creo que ta va a gustar ;)

      Un besazo.

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  11. Tengo que leer a esta autora ya, que solo leo reseñas muy entusiastas.
    Besos

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    1. A mí me gusta mucho, Margaramon, ya ves :)

      Ya me dirás si te animas.

      Besazo.

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  12. No conocía a esta autora, es un libro sumamente atrayente.

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    1. Es un libro muy agradable, Concha. Ya me dirás si te animas.
      Un abrazo.

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  13. Uich este libro lo tengo pendiente de leer desde que lo publicó la editorial y hace poco me enteré de que lo tienen en la biblio que suelo ir así que lo mismo me lo leo este otoño-invierno.

    Me alegro de que disfrutaras de su lectura.

    Besotes y gracias por la reseña ;)

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    1. Gracias a ti, Raquel, por tus palabras.

      Otoño-invierno me parece un momento estupendo para sumergirse en este libro, ya me dirás qué te parece.

      Un besazo.

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  14. Matilda!! Qué preciosa entrada...la he degustado junto a mi taza de té humeante, y me he sentido por un momento, pisando las calles de Londres en un día fresquito, pero entre nubes y claros.
    Tengo Wetswood esperandome desde la primavera, las estanterías...y me temo que de momento seguirá así...porque estoy leyendo poco.
    Me encanta como describes que los acontecimientos cotidianos, que podrían ser aburridos al leerlos, la autora, hace que sean de lo más agradables...y como recuerdas...en época de guerra!! Eso que me hace recordar que la abuelita de mi marido, la Nana, ella se iba al cine, en plena Guerra Civil. Imagina!! Creo que ellas vivian de otra manera la Guerra, y me creo que no fueran conscientes en principio, de todo lo que acontecía. A pesar de saber que la muerte podía asediarlas en cualquier momento. Esta ciudad fue muy bombardeada, y perdieron familiares y amigos, pero...el cine, era imperdonable...para ella.
    Supongo que como el té en ingalterra o ir a ver a alguien antes del toque de queda...no sé...trataban de subsistir y de normalizar la situación lo máximo posible.
    Stella Gibbons, me encanta, o al menos me está gustando mucho. Tengo otros dos libros suyos, y los recomiendo encarecidamente. En estos, te ríes mucho...Cold Comfort Farm, es desternillante. Lo recomiendo mucho.
    Un abrazo grande y perdona que me haya extendido tanto...

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    1. Me ha encantado este comentario tuyo tan largo, María.
      Veo que las lecturas, últimamente, te las tomas con calma, eso también es bueno.

      Yo ando medio de capa caída y precisamente, leer y tejer son las cosas que me relajan y me ayudan.

      ¿Sabes? Siempre he pensado que los autores que sabe hacer que "no pase nada" y sin embargo nos tengan fascinados con la lectura de su libro son admirables. ¡No es nada fácil! Me pasó lo mismo con El ardor de la sangre de Irene Nemirovsky. No pasa gran cosa pero, para mí, es una joyita.

      Creo que, cuando te animes con este libro, te va a gustar, yo realmente sentí que paseaba por Londres y eso me gustó muchísimo.

      Gran mujer, la Nana, ¿no? Estos días que me he visto desanimada y sin conseguir remontar (por eso voy a olvidarme de todo hasta el lunes, para volver a la carga la semana que viene) he pensado con cierta vergüenza en las mujeres como ella, en que yo no tengo motivos más que para ser feliz, a pesar de los tiempos difíciles y en que hubo momentos mucho más duros que los que hoy nos acompañan y ya ves, ella se iba al cine y lo disfrutaba. Supongo que no podían dejar que la vida se frenara pero, ¡qué admirable!.

      Bueno, guapa, voy a ver si me sumerjo un ratito en un libro. Gracias por tu conversación, siempre me hace sentir bien.

      Un abrazo grande.


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  15. Curiosamente ahora mismo estoy leyendo La hija de Robert Poste, de la misma autora. Es lo primero que leo de ella y creo que no va a ser lo último así que me apunto ete título para retomar más adelante.
    Un beso

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