Ya
sabéis que me encanta la novela policiaca y de hecho, me parece que
tendremos en el blog una temporada de libros de este género ya que,
si nadie lo remedia, son los que más abundan en mi cola de
pendientes y como tengo mucho que leer de infantil y mucho que leer
para estudiar, la novela negra me sirve de escape.
El
título que traigo hoy me llamó la atención en cuanto supe de su
existencia y como me vais conociendo, en cuanto os cuente el
argumento lo entenderéis perfectamente.
Nos
encontramos a principios de S.XX y Víctor
Stanworth, un anciano solterón, afable y simpático en apariencia
invita a una serie de personas a pasar el verano en su típica
mansión inglesa, Layton Court. Hasta aquí todo correcto, los
invitados disfrutan de agradables paseos, horas del té deliciosas y
la compañía de unos y otros y parece que van a pasar un verano
estupendo. Pero claro, si fuera así nos quedaríamos sin historia y
sin libro, ¿no? Y precisamente por eso, una mañana el anfitrión de
la casa aparece muerto en la biblioteca (típico, típico, ¿no os
encanta?). Aparentemente se trata de un suicidio ya que todas las
puertas y ventanas están cerradas por dentro y el cadáver aún
conserva la pistola en la mano, pero… hay alguien, un invitado, que
no tiene muy claro que las cosas hayan ocurrido como dicen todos y
este invitado, el irónico escritor Roger Shringham, se va a dedicar
a darle vueltas al asunto hasta no dejar ningún cabo suelto.
Como
veis, estamos ante un auténtico libro de misterio inglés, de los
que a mí me gustan, al más puro estilo del cluedo, ¿por qué será
que esta fórmula siempre tiene encanto? La verdad es que no lo sé
pero yo no me puedo resistir y aunque esta vez he echado de menos
algunas cosas, he paseado por los alrededores de Layton Court con
auténtico entusiasmo.
En
general este libro me ha gustado, no tanto como otros del mismo tipo
que he leído pero lo he pasado bien leyéndolo. Roger Shringham es
un personaje simpático, algo pedante, hay quien dice que como
homenaje al gran Sherlock Holmes, y tremendamente testarudo. Él está
convencido de que el señor Stanworth no se ha suicidado y a pesar de
las apariencias y de las pruebas va a mover Roma con Santiago para
estar seguro. Va a contar con la ayuda de su amigo Alec, a quien
cariñosamente equipara al doctor Watson y que aporta una segunda voz
interesante en las cavilaciones. El resto del reparto, por decirlo de
alguna manera, tampoco decepciona, guarda secretos y sorpresas y nos
intriga desde el primer momento y el misterio y el desenlace, bueno,
no está mal, es original en algunos aspectos aunque un poco flojo en
otros.
Me
parece que yo leo demasiados libros de este tipo y veo demasiadas
series porque adiviné muchas cosas a medida que iba leyendo y eso me
dio un poco de coraje, me resultó demasiado previsible en algunos
aspectos y creo que eso le quita algo de encanto.
También
eché de menos algo más de acción y de participación por parte de
los personajes secundarios porque pasamos demasiado tiempo
recorriendo los jardines de Layton Court junto al escritor y
siguiendo sus cavilaciones y eso hace que el relato sea un poco lento
y a veces incluso pesado. A mí, además, me habría gustado pasar
más tiempo dentro de la casa.
Pero,
aparte de esos detalles, esta novela es lo que se espera de ella, ni
más ni menos, entretiene, divierte y nos hace pasar un rato
divertido y agradable. Está bien escrita y se lee muy bien y la
verdad, nos permite encariñarnos con los personajes como para querer
seguir leyendo sus aventuras. Yo, desde luego, les seguiré la pista,
Y
a vosotros, ¿os gustan estos típicos misterios ingleses? ¿Podéis
recomendarme libros o películas de este tipo que no sean los de siempre? Estaré encantada de
conocer más.