viernes, 28 de marzo de 2014

Unos asesinatos muy reales. Charlaine Harris


     ¿Os acordáis que hace unos meses os dije que este verano leí libros de esos que piensas “qué malísimo es” pero que te hacen pasarlo muy bien? Pues hoy os traigo uno de ellos.

     Aurora Teagarden (no me digáis que no tiene un nombre genial) es una joven bibliotecaria que vive en el pequeño pueblo Lawrenceton, Georgia, donde, cada mes, se reúne con los demás miembros del club Real Murders para hablar de un asesino famoso y sus crímenes. Pero su vida, que aparte de eso transcurre sencilla y tranquila dará un giro inesperado cuando, en una de esas reuniones, uno de los miembros del club aparezca asesinado, curiosamente, de manera muy similar a la del caso que tratan ese día.


     Había intentado leer otros libros de Charlaine Harris, concretamente los de la saga True Blood, que me habían dicho que estaban muy bien, pero no habían conseguido engancharme. Supongo que, esta vez, no le costó mucho ganarme porque se trataba de una historia policiaca y ligera, coloreada con algo de comedia romántica y en la que el misterio nos va llevando de la mano página tras página, dándonos pistas y mintiéndonos a la vez. La autora juega al despiste y eso hace la lectura muy divertida.

     Si me preguntáis por qué pensé que era muy malísima, con esto me refería a que los personajes son superficiales y estereotipados, la acción bastante previsible, el ambiente muy típico y el texto cae en incoherencias y errores. En fin, que no me pareció una historia escrita para nada más que para entretener pero que, esto, lo hace realmente bien.

     Aurora, Roe para los amigos, y el resto de los protagonistas de la historia consiguen captar nuestra atención y caernos mejor y peor dándole al relato matices y colores que lo hacen entretenido.


     Por otra parte, está escrito con ligereza y agilidad, lleno de diálogos interesantes y acción que no dejan que nos aburramos ni nos cansemos y el hecho de que los asesinatos que se van sucediendo coincidan con otros reales le da ese toque interesante que pincha nuestra curiosidad.

     No es un libro con grandes mensajes y yo no diría que es novela negra pero sí tiene un misterio que desvelar, es intrigante y entretenida y, si lo que buscamos es una lectura fácil para pasarlo bien, este puede ser un buen título. Yo, desde luego, volveré  encontrarme con Roe Teagarden ya que, por suerte, ella también tiene su saga.

viernes, 14 de marzo de 2014

La búsqueda de tesoro. Andrea Camilleri


    Tengo libros pendientes de los que hablaros, claro, pero ya sabéis que, estando mi querido comisario Montalbano por medio, todo lo demás tiene que esperar. Y es curioso porque, esta vez, no leí el libro en cuanto cayó en mis manos, no señor, no sé si porque intuía que sería distinto o por qué, el caso es que le tocó aguardar pacientemente en la estantería a que llegara su momento. Esto fue hace un par de semanas.
 
     En medio de una inusitada calma que ya dura más de lo habitual, el comisario y su gente, hartos de pasar el tiempo adelantando papeleo y rellenando crucigramas, tienen que salir a poner orden cuando dos ancianos, conocidos por su fanatismo religioso, se encierran en su casa y comienzan a disparar desde allí a todo el que se acerque. Este es, sin duda, el detonante que hará que, un poco después, Montalbano deba enfrentarse a muñecas hinchables, cartas anónimas, extrañas e inquietantes, y una desaparición más bien siniestra.

     Esta vez tenemos de todo en la historia y, además, no lo tenemos en el orden habitual. Quiero decir que, normalmente, abrimos la trama con un delito y lo cerramos con su resolución, más o menos pero, esta vez, el ambiente de calma chicha y agobiante nos va a acompañar página tras página y vamos a ir recorriendo capítulos sin que ocurra nada pero, a la vez, asistiendo a todo. El delito, el peligro y la acción no ocurrirán hasta estar bien metidos en la trama pero, a pesar de eso, no nos aburriremos ni un poquito con esta lectura.


     Tal vez Camilleri quería que pasáramos un poco más de tiempo con Montalbano, que le acompañáramos sin correr y sin prisas y por eso orquestó este caso de manera diferente, dejando caer las pistas y dejando que el libro nos atrapara y nos fuera introduciendo en el juego inquietante en que se ve envuelto el comisario.

     Ya veis que las cosas van pasando despacio, entonces, pensaréis, ¿no se hace pesada la lectura? En absoluto, Camilleri es un maestro de las palabras y una vez más lo demuestra. No nos aburrimos porque todo lo que ocurre nos interesa, porque la personalidad del comisario sigue siendo tan atractiva como siempre, porque su gente se encarga de hacernos sentir en casa, porque recorrer Sicilia sigue siendo una delicia, aunque sea en esta ambiente que aplasta, porque cada personaje está dibujado a la perfección, y porque ese humor socarrón, un poco negro y bastante gamberro, del que hace gala el escritor, está mucho más presente que en otros libros. Sí, tengo que decir que, aunque todos y cada una de las historia de Montalbano me han arrancado, por lo menos, una carcajada, esta vez he pasado, sin exagerar, toda la primera mitad del libro tronchándome de risa sin poder parar. No sé si a otros lectores de esta serie les pasa, no sé si se ríen tanto como yo acompañando al bueno de Salvo pero, desde luego, nadie puede negar la comicidad de algunas situaciones y la facilidad que tiene Camilleri para mezclar el humor y el drama en sus obras, siempre con respeto y elegancia, pero siendo descarado e irreverente.

     En fin, como siempre, he disfrutado muchísimo de esta novela y no puedo dejar animaros, una vez más, a que conozcáis a este autor grandísimo y a su genial comisario Salvo Montalbano.

viernes, 7 de marzo de 2014

El proyecto esposa. Graeme Simsion


     Últimamente actualizar los blogs está siendo un poco complicado, pero esto no me gusta así que voy a intentar que no pase tanto tiempo entre entrada y entrada. Al fin y al cabo, aunque la mayoría de mis lecturas son infantiles, ¡también caen en mis manos libros de adultos estupendos!
 
 

     Este, por ejemplo, llamó mi atención desde que leí por primera vez la contraportada: «Me llamo Don Tillman, tengo treinta y nueve años y soy profesor adjunto de Genética en la Universidad de Melbourne. Mi trabajo está bien remunerado, me alimento de forma equilibrada y regular, y mi condición física es óptima. En el reino animal, no tendría ninguna dificultad para aparearme, pero en el humano, nunca he logrado tener una segunda cita con la misma mujer. Los motivos de mi fracaso no termino de entenderlos, y como las estadísticas muestran que los hombres casados son, en promedio, más felices y viven más tiempo, he decidido poner en marcha un programa vital para mí, el Proyecto Esposa. A tal fin, he creado un algoritmo perfecto que me permitirá excluir las candidatas inadecuadas: las fumadoras, las impuntuales, las desorganizadas, las que dedican demasiado tiempo a su aspecto exterior... en suma, todas aquellas que no respondan a los estrictos criterios que se exponen en el cuestionario de dieciséis páginas que he elaborado. Este libro es el informe científico —aunque me han explicado que hay que denominarlo novela— acerca del resultado de mi proyecto. Quien lo lea descubrirá que la candidata menos apropiada se llama Rosie; y también encontrará la respuesta a una pregunta fundamental: ¿puede el amor cambiar la vida de una persona, incluso de un individuo como yo?».

     Ya sé que normalmente hago yo el resumen pero, esta vez, me ha parecido que quien mejor podía a contar algo sobre el libro es su propio protagonista, Don, un personaje maravilloso que es quien hace que la historia sea mucho más que una comedia romántica. O, más bien, habría que decir que, sin él, esta sería poco más que una comedia romántica previsible y simplona.

     No estoy muy familiarizada con el Síndrome de Asperger pero, por lo que he leído, el autor se ha documentado con respeto y rigurosidad sobre el tema. Aún así, me imagino que ha tenido que relativizar algunas cosas para poder llevar toda la trama hacia un final, tal vez algo previsible, pero, no por eso menos agradable.


     En realidad, todos imaginamos, al empezar a leer, algo de lo que va a pasar, el pobre Don, tan organizado y cuadriculado, se va a dar de bruces con situaciones que no entiende en absoluto. Y es que su cuestionario, claro, se revelará algo menos eficaz de lo esperado. Don se encontrará, de pronto, actuando de manera totalmente inesperada en él, disfrutando de cosas que antes le habrían resultado impensables y, finalmente, descubriendo sentimientos con los que no había contado en absoluto.   

     Todo esto acompañado de sus mejores amigos Gene y Claudia, un matrimonio un poco peculiar, la peor candidata para el proyecto esposa, Rosie, y todo un elenco de personajes que entran y salen de las páginas ayudando a crear situaciones divertidas y absurdas.

     Es curioso porque, en teoría, las dificultades para socializar las tiene nuestro protagonista, un personaje entrañable y tierno que se gana rápidamente el cariño de los que le conocemos aunque no le entendamos pero, a medida que vamos pasando páginas y vamos empatizando con él, nos damos cuenta de lo absurdas que son, muchas veces, las relaciones humanas, las que creamos los que, supuestamente, no tenemos los problemas de Don. ¿Es esto lo que quiere hacernos ver el autor? Tal vez. Lo que está claro es que consigue hacernos pensar entre sonrisa y sonrisa.


     No sé cómo hiló Graeme Simsion esta historia, ni que le llevó a escribir sobre personas con este trastorno pero, lo que sí tengo claro es que lo hace con muchísimo cariño y esto, junto con el ritmo ágil de la novela y el tono desenfadado que se mantiene a lo largo de ella, convierten El proyecto esposa en un libro muy recomendable y entretenido.

     ¿Ya lo habéis leído? ¿Os ha gustado? Yo, la verdad, he disfrutado mucho con él.

 

    
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